Fuentes de Barcelona: el agua de nuestra historia (I)

2018-01-04
La riqueza arquitectónica de Barcelona se extiende más allá de sus edificios y se manifiesta a través de plazas, esculturas y fuentes, tanto ornamentales como de agua potable. Hoy queremos centrarnos precisamente en las fuentes que riegan nuestra ciudad. ¿Sabías que Barcelona cuenta con más de 1.600 fuentes que ofrecen agua a los peatones? También cuenta con unas 300 fuentes ornamentales, que adornan nuestras avenidas, calles y parques. Dicho de otra forma, Barcelona tiene casi tantas fuentes como años. Por eso queremos abrir una nueva serie de artículos repasando algunas de las fuentes más famosas de la ciudad. En algunas podrás beber agua y en otras solo podrás contemplar su belleza. Unas te llevarán al mundo de cuentos de hadas de Blancanieves o Caperucita Roja, y otras te harán tararear aquello de baixant de la Font del Gat. Nos vamos de excursión por Barcelona. ¿Te vienes?
 
La más famosa: La Font Màgica de Montjuïc
 
De todas las fuentes ornamentales que riegan nuestra ciudad, la más famosa y reconocida internacionalmente es, sin duda, la Font Màgica de Montjuïc, en la Avenida María Cristina. Más de dos millones de personas visitan anualmente este icono barcelonés para disfrutar en directo de las coreografías de música, agua y luz que puede realizar el complejo sistema hidráulico de entre los más de 7.000 millones de combinaciones posibles.
 
Su origen se remonta a 1929, cuando la montaña de Montjuïc se convirtió en la sede de la Exposición Internacional de 1929. El artífice fue el ingeniero Carles Buïgas, que se inspiró en el principio de reflexión total para el diseño de las fuentes. De sus tuberías brotan 2.600 litros de agua por segundo que se distribuyen en tres estanques concéntricos, con un sistema de recirculación del agua que reaprovecha el caudal. A partir de los años 80 se incorporó la música al espectáculo. Y desde 1992, el festival Piromusical pone fin a las Fiestas de la Mercè. Ya en los últimos tiempos, los avances tecnológicos y la preocupación por la sostenibilidad han hecho que se opte por una iluminación LED de bajo consumo y el suministro de la fuente con aguas freáticas.
 
Font Màgica de Montjuïc
 
La más deportiva: Canaletes
 
¿Y aquí se baña la gente cuando gana el Barça las ligas? Preguntan con incredulidad los turistas del resto de España cuando ven una fuente-farola con cuatro caños al principio de la Rambla. Acostumbrados a ver por la televisión fuentes-estanques como las de Cibeles o Neptuno en Madrid se asombran al ver una fuente tan pequeña como lugar de celebración. La razón es muy simple. La fuente de Canaletes acabó convirtiéndose, de rebote, en la Meca del barcelonismo porque los aficionados al futbol se reunían a un par de metros de la citada fuente. Concretamente, junto a la redacción del extinto diario “La Rambla”. Para entenderlo hay que retroceder hasta los años 20-30 del siglo pasado cuando el único medio de comunicación de masas, la radio, todavía no llegaba a todos los hogares. La única forma que había de seguir en directo la jornada liguera era acercarse al diario y esperar la actualización de resultados en la pizarra que tenían en el exterior. Allí se concentraban cientos de personas que aprovechaban la multitud para celebrar en comunión los triunfos de su equipo. Ya con el diario desaparecido, la Rambla de Canaletes, que no su fuente, se mantiene desde entonces como lugar de celebración.
 
Fútbol aparte, la fuente también suele ser un gran landscape para los turistas que pasean Rambla abajo. Todos aprovechan para echar un traguito, porque se dice que aquél que bebe agua de Canaletes volverá a Barcelona tarde o temprano. Y si un día vais paseando por Gràcia, Portal del Àngel o la Barceloneta y veis una fuente igual, se debe a que este modelo de fuente-farola tiene 17 clones repartidos por toda la ciudad.
 
La más antigua: Santa Anna
 
En la confluencia de las calles Portal del Ángel y Cucurulla se encuentra la fuente de Santa Anna, que data desde 1356. Esta fuente de cinco cuerpos ubicada junto al Real Cercle Artístic de Barcelona comenzó siendo un abrevadero para caballos porque era lugar de paso para carruajes en la Barcelona medieval. Debido a su ubicación estratégica, la instalación se amplió en 1375 con surtidores también para consumo humano. Hay que destacar la importancia de este hecho, ya que en una época en la que la ciudad carecía de agua corriente en las casas, fuentes como esta o como la de Portaferrissa servían de suministro principal para los ciudadanos de intramuros. 
 
A lo largo de casi 7 siglos la fuente ha sido testigo mudo de los principales avatares de la historia vividos por la ciudad condal. En todos estos años, solo una reforma destacable, y con una función más ornamental que de supervivencia: los plafones de cerámica colocados en cada una de las caras y los jarrones que coronan la construcción. Y así ha llegado hasta nuestros días, en los que los turistas utilizan la fuente como escenario para sus selfies, ajenos al hecho de que tienen detrás la fuente más antigua de Barcelona.
 
Fuente de Santa Anna
 
Como estas, otras fuentes llenas de historia y anécdotas pasan desapercibidas en nuestro ir y venir diario por la ciudad. Desde aquí queremos seguir descubriéndolas para ti y hacer que tu camino a la oficina o tu paseo por la ciudad se vuelva una experiencia aún más agradable. Si tu sed de conocimiento sobre lugares con encanto de Barcelona no se ha saciado solo tienes que seguir atent@ a nuestro blog. 
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