Cenas de Navidad de empresa: una vez al año no hace daño

2018-11-29

A las puertas del mes de diciembre, comienzan las famosas cenas de Navidad de empresas. Esas jornadas esperadas por muchos en las que todos los miembros de una compañía comparten por un rato mesa y mantel y que tan recomendadas son por los coaches y responsables de Recursos Humanos, por aquello de hacer equipo.

Es sin duda un buen momento para descubrir talentos ocultos en algún compañero o compañera, para vacilar al jefe sin miedo a represalias o, por qué no, despotricar de ese elemento tóxico que genera mal rollo en tu departamento, y que por supuesto no ha acudido a la cena, porque la considera un acto de hipocresía. 

Aunque no hay una fecha concreta para este evento social, la mayoría de cenas de empresa suelen concentrarse en el último viernes antes de Nochebuena, para poder disfrutar y trasnochar sin que se vea afectada la productividad de la empresa. Lo malo de esa concentración de cenas para grupos en una misma noche es que si no se reserva con tiempo un salón privado, toca compartir espacio con otras empresas que también han llegado tarde a hacer su reserva. Y todos sabemos que cuando eso sucede, tenemos muchas probabilidades de que nos toque cerca una persona cuyo nivel de decibelios al hablar va subiendo con cada copa que se toma. 

 

Salón para cenas en Hotel 1898

 

Sabedores de esas situaciones incómodas, Núñez i Navarro Hotels pone sus salones a disposición de las empresas para hacer de la noche una velada única e irrepetible. Hablamos del Hotel 1898, el U232, The Corner Hotel, el B Hotel, el Hotel Barcelona Universal y el Hotel Jazz, sitios únicos en los que celebrar una agradable reunión. Y si sois una empresa grande no hay problema. Al contar con espacios amplios, confortables y con distintas capacidades, se adaptan a las necesidades de la compañía. En cuanto a la gastronomía, está formada por un amplio abanico de productos frescos y de calidad, preparados al momento en la cocina. Se puede elegir un formato de aperitivo con hasta nueve variedades diferentes, o bien optar por un menú clásico, con aperitivos, primeros, segundos y postre. Y para que no nos olvidemos que entramos en modo Navidad, todas las opciones cuentan con un surtido de “neulas”, turrones y polvorones. Y todo ello, regado con los mejores vinos y cavas D.O. Catalunya, para poder brindar y desearnos todos unas felices fiestas y lo mejor para el año que asoma, hasta que la próxima cena de Navidad renueve nuestras buenas  intenciones.

 

Salón Colonial en el Hotel 1898

Llegados a este punto, la cena se divide en dos grupos: los que consideran que una retirada a tiempo es una victoria y se marchan responsablemente a casa a una hora prudente y los que han venido a jugar y están dispuestos a seguir la fiesta hasta que el sol les diga que es de día. Normalmente buscarán complicidades y tentarán a los primeros al grito de “¡va!, ¡solo una copa!”. Tras conseguir convencer a alguno de los prudentes, siempre hay uno que se deja llevar, el autoerigido líder de este subgrupo guiará a sus compañeros por las calles de Barcelona al grito de “por aquí hay un garito que es lo más. Me lo ha recomendado mi cuñado”. Ante esa tesitura, conviene repescar el artículo escrito en este mismo blog por el periodista Ricard Martín, en el que nos recomienda algunos de los mejores bares de Barcelona para tomar una copa.

Y a partir de aquí, dejamos el final de la noche a vuestra imaginación. Siempre teniendo en cuenta que el lunes, ya de vuelta en la oficina, la cena de Navidad será el tema del día al preparar el café, comiendo en el office, o incluso hablando por teléfono entre departamentos, así que por lo que pueda pasar, recomendamos moderación y no exaltarse demasiado. Tras la tregua de la cena, se impone la dura realidad y todo vuelve a ser como era. O quizás no…

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