Salvador Andreu Grau (Barcelona, ​​1841- Barcelona, ​​1928). Empresario de la industria farmacéutica, promotor inmobiliario y filántropo, conocido popularmente como el inventor de las famosas pastillas para la tos del doctor Andreu. Casado con Carmen Miralles Galup, tuvieron seis hijos.

Doctor en Farmacia, en 1866 abrió la primera farmacia moderna en Barcelona, ​​en la baixada de la Presó, en pleno barrio Gótico, incorporando un concepto totalmente innovador en lo referido a la publicidad de sus productos en los escaparates de la farmacia.

Hombre visionario en su época, el doctor Andreu fue incorporando nuevas técnicas comerciales y organizativas que hicieron que, en 1868, convirtiera en laboratorio aquella primera farmacia y empezara a fabricar y a vender su Pasta Pectoral, las que serían las pastillas para el asma y para la tos más famosas: las pastillas del Dr. Andreu.

En la década de los años 80 del siglo XIX, el éxito de su farmacéutica le permitió trasladarse a la rambla de Sant Josep y abrir una nueva farmacia más moderna e innovadora. Será el momento, también, de la exportación, tanto a España como a ultramar, gracias, como hemos dicho, a las avanzadas estrategias de publicidad que utilizó. Su prestigio y el de sus productos le valieron, años más tarde, el cargo de presidente honorario de los colegios farmacéuticos de toda España.

A título de ejemplo, realizamos una breve cronología de los laboratorios desde finales del siglo XIX hasta principios del siglo XX (según el archivo histórico de Doctor Andreu Laboratorios):

  • 1876: Lanzamiento de los Papeles Azoados Antiasmáticos y de los Cigarrillos Balsámicos, que actualmente todavía se venden.

  • 1879: La Pasta Pectoral, los Papeles Azoados y los Cigarrillos Antiasmáticos se venden en Francia, Italia y Portugal.

  • 1880: Exportaciones a ultramar. Introducen con éxito las pastillas del Dr. Andreu en Argentina.

  • 1882: El local de la farmacia de la Baixada de la Presó ha quedado pequeño para atender la fabricación de especialidades y preparados galénicos, y el Dr. Andreu abrirá una nueva farmacia en el Pla de la Boqueria.

  • 1898: Los preparados Andreu se venden en Lisboa, Manila, La Habana, Lima, Puerto Rico y Buenos Aires.

  • 1900: Empieza la fabricación de los preparados de la firma en el extranjero; principalmente, en Buenos Aires.

  • 1910: Introducción de maquinaria especial para la fabricación continua de Papeles Azoados.

  • 1919: Inauguración de la primera parte del nuevo laboratorio de Barcelona en Sant Gervasi.

  • 1929: Exhibición de los Productos y Especialidades Andreu en el Pabellón de la Química de la Exposición Internacional de Barcelona.

  • 1936: Primera síntesis de sulfanilamida en los Laboratorios Andreu. Se inauguran los nuevos Laboratorios Andreu en Méjico, a los que seguirán Chile, Perú y Uruguay.

 

La empresa familiar fue continuada por sus descendientes, pero, en 1987, vendieron los laboratorios a la empresa química Cros (más tarde Ercros), que, un año más tarde, los venderán al grupo suizo Hoffmann-La Roche.

EL PROMOTOR: SALVADOR ANDREU I GRAU

El farmacéutico

En el año 1866 abrió la primera farmacia moderna en Barcelona.

Pero Salvador Andreu también fue un hombre de negocios. En plena expansión urbanística del Ensanche barcelonés, y en plena efervescencia de la Febre d’Or, él, al igual que otros burgueses trabajadores y enriquecidos, invertirá parte de su fortuna en negocios urbanísticos. Desde la participación en la reconstrucción del Liceo hasta la adquisición de fincas, Andreu terminó siendo propietario de un centenar de inmuebles y presidente de la Asociación de Propietarios de la Izquierda del Ensanche.

Pero, probablemente, el negocio más ambicioso en este sector será cuando, a principios del siglo XX, se asocia al grupo financiero Arnús-Garí (con Romà Macaya, Teodor Roviralta, Ròmul Bosch, Manuel Arnús, etc.) para crear la primera promotora inmobiliaria, El Tibidabo S.A., que, desde sus inicios, serán los promotores de la urbanización de los barrios de la parte alta de Barcelona. Aunque los principales proyectos de la promotora estaban en la montaña del Tibidabo, se mejoraron los accesos a la montaña y se creó el parque de atracciones, así como también numerosos restaurantes, hoteles, salas de fiestas y salas de exposiciones. Un proyecto muy ambicioso que convirtió la zona alta de la ciudad en uno de los lugares preferidos de recreo y de segundas residencias de la burguesía barcelonesa.

Por este motivo, años más tarde, Barcelona le rendirá homenaje poniendo su nombre a la plaza del Funicular del Tibidabo.

El promotor inmobiliario