Sin lugar a dudas, al hablar de la familia Serra-Chopitea, el hilo conductor será Dorotea de Chopitea y de Villota, por el gran legado humanístico que ha dejado en Barcelona.

Nacida en Santiago de Chile, hija (quizás la número 12) de un importante comerciante vasco natural de Lekeitio y emigrado con 20 años a América, y de una criolla miembro de una de las viejas familias de la colonia. La proclamación de la independencia de Chile propició que, en 1819, cuando Dorotea tenía tres años, la familia Chopitea se trasladara a vivir a Barcelona, ​​en el barrio de la Ribera.

Podríamos afirmar que se trataba de una familia de origen español enriquecida en las colonias americanas; por tanto, indianos.

Dorotea se casó a los 16 años con Josep Serra Muñoz, comerciante, armador y banquero, fundador del Banco de Barcelona. Entonces, pasó a vivir con la familia Serra en la calle Montcada, donde residieron hasta el año 1873, cuando el matrimonio decidió instalarse en el nuevo barrio del Ensanche, en un palacete en la Gran Via de les Corts Catalanes.

En 1834, dio a luz la primera de sus seis hijas. Desde el comienzo, Dorotea compatibilizó su trabajo como madre de familia con una vida activa en el seno de la sociedad barcelonesa, atenta a las necesidades de una ciudad en plena evolución económica, política y social. De sólidas convicciones religiosas y con una espiritualidad fuertemente ligada al espíritu ignaciano, entre 1844 y 1882, colaboró con la fundación de la Escuela del Sagrado Corazón de Sarrià; fundó centros de día para niños de padres y madres que trabajaban en talleres y fábricas; junto con Benito Menni, puso en marcha un hospital infantil, y colaboró en la construcción del Hospital del Sagrado Corazón.

A la muerte de su marido, en 1882, viuda y con las hijas mayores, Dorotea multiplicó su compromiso social, con una intensa actividad de mecenazgo, pero también de acción directa en la fundación, construcción y mantenimiento de templos, escuelas, talleres, hospitales, residencias, etc.

A mediados de julio de 1882, tuvo conocimiento de la obra que estaba llevando a cabo en Italia y otros lugares Juan Bosco, y entró en contacto con él y le propuso la fundación de una obra educativa en Barcelona. Desde el primer momento, le unió con Don Bosco una gran sintonía espiritual. El proyecto se concretó con la fundación de la Escuela Profesional Salesiana de Sarrià en 1884. A raíz de la visita de Don Bosco en 1886 a Barcelona, ​​Dorotea promovió la capilla dedicada al Sagrado Corazón en la cima del Tibidabo, pero, sobre todo, impulsó la fundación, en 1887, en los Salesianos de Sarrià, de la Escuela Taller de Artes Gráficas de Barcelona.

Aunque el proyecto salesiano se convirtió en un elemento central de su vida, Dorotea continuó desarrollando, en sus últimos años, muchas actividades sociales y religiosas en Barcelona, pero, también, en Palafrugell (de donde era originaria la familia de su difunto marido) y Chile.

Murió el 3 de abril de 1891 con 75 años y dejando toda su fortuna personal a la beneficencia. Finalmente, el 4 de abril de 1927, se abre su proceso de beatificación, y será declarada venerable por el Papa Juan Pablo II el 9 de junio de 1983. Sigue en estudio su beatificación.

LOS PROMOTORES: LA FAMILIA SERRA-CHOPITEA

Dorotea de Chopitea i de Villota (Xile 1816 – Barcelona 1891)

Dorotea promovió la capilla dedicada al Sagrado Corazón en la cima del Tibidabo.

Josep Maria Serra Muñoz nació en Chile, hijo de padres catalanes llegados desde Palafrugell. Se casó con Dorotea, y, como hijo de indianos retornados a Cataluña, hizo una gran fortuna como empresario de la metalurgia, como cónsul del gobierno chileno en Barcelona, y, principalmente, como fundador y directivo (con Manuel Girona y Josep Rafael Plandolit) del Banco de Barcelona, entidad de crédito creada en 1844.

El Banco de Barcelona, después de 76 años siendo uno de los bancos de crédito para las empresas más importante de Barcelona, quebró en 1920.

Josep Maria Serra i Muñoz