HISTORIA DEL EDIFICIO Y DE SUS USOS

FICHA TÉCNICA

Ya han transcurrido los primeros años de fiebre constructiva en el lado derecho del Ensanche; concretamente, en las calles adyacentes al paseo de Gràcia, rambla de Catalunya y Gran Via de les Corts Catalanes. En estas vías, la huella del estilo arquitectónico que estaba más de moda, el modernismo, con casas tan imponentes como la casa Lleó i Morera, la casa Amatller, la casa Batlló o la casa Milà, entre otras, dejará paso, a lo largo de los años 20 del recién estrenado siglo XX, a un estilo más clásico y monumental.

En esta línea, y sin tantos elementos ornamentales en fachadas e interiores, los nuevos edificios del Ensanche recuperarán la huella del neoclasicismo.

El edificio de los hermanos Palà se estructurará en planta baja, tres pisos y una azotea plana transitable con una preciosa barandilla de balaustrada y con unos pronunciados frontales que recorren las fachadas de las dos calles, Mallorca y Muntaner.

El edificio incorporará, también, una distribución simétrica de los patios de luces interiores y una galería posterior.

El estilo arquitectónico

 La huella del estilo arquitectónico que estaba más de moda, el modernismo, dio paso, a lo largo de los años 20 del recién estrenado siglo XX, a un estilo más clásico y monumental

Las plantas bajas del edificio, que, durante años, han sido locales de alquiler, presentan elementos decorativos en piedra artificial, siguiendo un estilo monumental y clásico como el que se utiliza en el resto del edificio. El portal central tiene una estructura cercana al arco de triunfo, con un dintel profusamente decorado.

Destacan, también, las cornisas con molduras, otorgando un aire monumental y clásico a todo el edificio en su globalidad.

También cabe destacar, en la zona de los bajos de la calle Mallorca, unas pilastras y dos columnas de orden toscano simétricamente repartidas en tres amplios espacios de acceso a los interiores de los bajos.

Las plantas bajas

En el segundo nivel, hay un gran balcón que ocupa casi toda la anchura de la esquina del edificio, con una barandilla en piedra artificial, decorado con paneles rectangulares con los ángulos cóncavos; el pasamano modulado es de piezas de piedra artificial.

La tercera planta está formada por un balcón central con la losa de obra y dos balcones más que lo flanquean. El balcón consta de una barandilla de balaustradas y pasamanos modulados; todo, de piedra artificial. Los cuatro balcones restantes están formados por una losa de escaso voladizo, sobre la que se organiza una barandilla baja de hierro.

El gran balcón

La esquinera del edificio donde confluyen los frontales de la calle de Mallorca y del chaflán está construida en voladizo a partir del nivel de la segunda planta. En la zona de la primera planta, donde se sitúa una apertura con un dintel en forma de arco escarzano, se sitúan dos cartelas monumentales, que son la base del voladizo de esta esquinera.

La esquinera

A lo largo del siglo XX, el inmueble ha sufrido varias reformas; especialmente, en los locales comerciales. En cuanto a su estado actual, la inaccesibilidad debida a los derribos que se han ido acumulando hace suponer que es poco probable que hayan sobrevivido elementos originales de interés o de gran valor patrimonial.


Finalmente, hay que tener en cuenta otra singularidad de este edificio: su poca altura (el único edificio de toda la isla de solo planta baja y tres pisos altos), lo que conlleva que la finca no siga los patrones de su entorno inmediato, con unas paredes medianeras a la vista de nula calidad.

Núñez y Navarro adquiere el inmueble en 2001 e inicia la reforma en 2013. El proyecto respeta el estilo original, aumentando la altura de tres a seis plantas. Se trata de una intervención que, como resultado, consigue, también, que el edificio encaje mejor con los inmuebles más altos.

En esta esquina, en octubre de 2016, Núñez i Navarro Hoteles, con una decena de establecimientos en Barcelona, ha inaugurado The Corner, un nuevo hotel en el corazón de la capital catalana, cerca del paseo de Gràcia. Tiene un vestíbulo abierto, 72 habitaciones y una terraza con piscina.  

El estado actual del edificio

Núñez y Navarro adquiere el inmueble en 2001 e inicia la reforma en 2013.

  1. Estudio histórico y arquitectónico de la finca número 178 de la calle Mallorca (Muntaner, 110) de Barcelona. Autores: Francesc Caballé, Reinald González, Lluís M. Bou. Veclus, S.L.
  2. http://lameva.barcelona.cat/eixample/ca/home/el-barri-de-la-dreta-de-leixample
  3. http://www.enciclopedia.cat/EC-GEC-0023666.xml
  4. http://www.xtec.cat/cda-barcelona/quaderns/eso/quadern_pla_cerda_eso12.pdf
  5. http://www.enciclopedia.cat/EC-GEC-0017027.xml

 

Más Información
  • Dirección: c. Mallorca, 178 – c. Muntaner, 110.
  • DenominaciónThe Corner Hotel
  • Autores: Antoni M. de Ferrater Bofill.
  • Época: 1924.
  • Estilo: Monumentalista. Clasicismo.
  • Uso original: Viviendas.
  • Uso actual: Hotel.
  • Rehabilitación: Finalizada.

En el marco del proyecto de Ildefons Cerdà, aprobado definitivamente en 1860, la urbanización de las diferentes islas que forman el Ensanche siguió un proceso largo y desigual. El actual edificio construido en el cruce de las calles Mallorca y Muntaner se encontraba en un área cercana a los límites de la ciudad de Barcelona con Les Corts y Gràcia; su posición no excesivamente central motivó que la urbanización de su entorno no se produjera en los primeros momentos de la construcción del Ensanche.

El hecho también que, a su vez, Cerdà proyectara un espacio libre o jardín, probablemente, fue el motivo de que los sucesivos propietarios de aquellos solares no iniciaran ningún proceso de edificación, y de que decidieran vender los terrenos, iniciándose, así, la especulación.

Así, pues, este emplazamiento no empezó a experimentar ninguna construcción hasta mediados de la década de 1870.

El 3 de junio de 1924, los hermanos Francisco y Maria Palà Ferrer presentaron una instancia al ayuntamiento solicitando permiso para construir tres plantas sobre los bajos que ya estaban en construcción. Las obras, por tanto, se habían iniciado con la intención, probablemente, de edificar una casa de viviendas.

El proyecto iba a cargo del arquitecto Antoni M. de Ferrater Bofill, que lo finalizó el 30 de noviembre de 1925. A continuación, los hermanos Palà pidieron licencia al ayuntamiento para poder alquilar los pisos, y se les concedió el 15 de abril de 1926. Además de los pisos de alquiler, los propietarios también residieron en el inmueble; concretamente, en los pisos principales, como era habitual en el sistema jerárquico de los dueños de edificios en el nuevo Ensanche.