Trabajar en un edificio histórico de Barcelona

2017-11-16
Núñez i Navarro ha recuperado como oficinas varios edificios históricos de Barcelona que cumplen con todos los requisitos para albergar a una empresa

Los espacios de trabajo en Barcelona han experimentado una constante transformación en los últimos 30 años. Y es que al fin y al cabo, todo evoluciona: los teléfonos, los coches, las televisiones…También las oficinas, que han pasado de tener salas repletas de paneles de separación entre mesa y mesa a espacios diáfanos y llenos de luz, favoreciendo una distribución más transversal dentro de la propia empresa, así como el flujo de información entre departamentos.

 

Esa evolución se ha vivido también en el exterior de las oficinas, es decir, en los edificios. Así, de reaprovechar pisos vacíos en bloques de viviendas particulares en los años 80 y 90 se pasó con el inicio del nuevo milenio a las grandes áreas de negocios, como el 22@ o la Plaza Europa, con edificios impersonales en los que poder alquilar despachos a medida, en función de la dimensión de la compañía.

 

A mitad de camino entre uno y otro modelo, algunas multinacionales eligen alquilar edificios históricos y representativos de la ciudad. Las ventajas son muchas: el prestigio y la visibilidad de vincular su firma a un edificio con historia, y con ello a la ciudad, una ubicación céntrica o bien comunicada o poder reunir en una misma sede a toda la plantilla, por citar algunos ejemplos.

 

Haciendo honor a su claim de mirar atrás para seguir adelante, el Grupo Núñez i Navarro ha recuperado como espacios de oficinas algunos edificios históricos de la ciudad de Barcelona que, tras su rehabilitación, cumplen con todos los requisitos imprescindibles para albergar la sede de una empresa del siglo XXI: accesibilidad, sostenibilidad, conectividad, eficiencia energética…son detalles tenidos en cuenta en todos y cada uno de los proyectos del Grupo.

 

Un claro ejemplo es la Casa Lleó i Morera, un recinto ideal para establecer un centro de trabajo. Ubicado en el principal eje comercial de la ciudad, Passeig de Gràcia con Consell de Cent, este edificio modernista rezuma arte por todos lados. Obra de Lluís Doménech i Montaner, la Casa Lleó i Morera está considerada una de las mejores obras modernistas por la intensa aportación artística de los mejores artesanos de la época. La majestuosidad del edificio se aprecia ya desde el exterior gracias a su preciosa fachada, repleta de relieves escultóricos, cerámica y forjado.

Interior de la Casa Lleó i Morera

Tras la rehabilitación llevada a cabo por el Grupo, el edificio se encuentra plenamente adaptado a su uso como oficinas. Dispone de servicio de conserjería en horario comercial y un ascensor con acceso a todas las plantas. También cuenta con un local comercial, planta noble con terraza interior, tres plantas y ático con una impresionante terraza con templete y vistas al Passeig de Gràcia. Una ubicación inmejorable que lo conecta con la ciudad y que aportará el prestigio, la visibilidad y la notoriedad de un edificio modernista además de una funcionalidad plenamente adaptada al día a día de una oficina.

 

 

Esos mismos valores son los que encontró la empresa tecnológica Accenture, cuando a principios de este año se trasladó a la torre Andreu, La Rotonda, para hacer de este edificio singular su sede corporativa en Barcelona. Tal como pudimos descubrir en la jornada de puertas abiertas del mítico edificio modernista, la multinacional hace realidad hoy la tecnología del mañana. Ellos fueron los primeros, pero no los únicos en unir su historia a la del emblemático edificio: Nike, el grupo Gougrouz y Duet Fit completan la relación de inquilinos de La Rotonda. Anselmo Méndez, Director General del grupo Duet no dudó en confiar en la experiencia de Núñez i Navarro a la hora de elegir la nueva sede del Duet Fit: “La profesionalidad y el fácil trato para negociar que hemos tenido con ellos han sido extraordinarios en todo momento. Sus locales destacan por su buen mantenimiento y conservación, y además, suelen ser buenas ubicaciones en calles principales”.

interior de la torre Andreu, La Rotonda

Otro edificio histórico acondicionado como oficinas es el de la Torre Enric Cera, palacete novecentista  ubicado a escasos metros de la Vía Augusta y que ha sido rehabilitado integralmente manteniendo el volumen de este espacio único protegido. Sus salas diáfanas y terrazas sedujeron al grupo textil italiano Max Mara, que recientemente ha abandonado sus instalaciones en el Polígono Pedrosa para trasladarse a este majestuoso edificio con vistas al Tibidabo y la sierra de Collserola.

Entrada noble Torre Enric Cera

 

La labor de rehabilitación del Grupo sigue, en proyectos ya finalizados como la masia Can Trias de Bes o la antigua Escuela de Diseño Elisava, en el carrer Ample, con los que la firma continúa recuperando la memoria de la ciudad. 

Edificio restaurado en carrer Ample

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